Mitos y leyendas de Serrablo: San
Urbez en Nocito.
Carlos Ollés Estopiñá
es autor de "Lugares mágicos de Aragón"
La
austeridad y el estilo de vida de los serrableses desde sus primeros
asentamientos en este pequeño rincón aragonés, ha propiciado que cada uno de
los días vividos en estas tierras, haya sido una lucha cuerpo a cuerpo contra
la soledad y el olvido. El tiempo se ha comportado como un erosionador enemigo
de sus gentes y de su cultura, haciendo que la indiferencia se instalase en
estas tierras en un intento de engullir sus ricas y coloridas tradiciones
milenarias. Por el contrario, la historia ha sido la única que ha hecho
justicia a estas nobles gentes, colocándolas en el lugar justo y preciso de la
historia de este viejo reino; corroborando que el Serrablo fue, es y será una
pieza clave para construir la historia de Aragón y demostrando que esta callada
tierra, es un eslabón imprescindible a la hora de conformar esta rica región
histórica.
No
tendremos que ahondar mucho en la búsqueda para encontrar mitos y leyendas que
han aportado personalidad al Serrablo, leyendas que van de la mano de la
historia y de los lugares concretos donde han acontecido, haciendo que esta
zona permanezca viva en las mentes de todas las personas que han andado sus caminos
y han bebido de su rica y ancestral cultura.
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El pueblo de Nocito al fondo peña Guara. |
En el mismo corazón del Serrablo se
mantiene viva e inalterable entre otras la leyenda de San Urbez.
Anacoreta
y santo de origen galo, que vivió sobre el siglo VII. Durante su infancia
sufrió de persecución en su tierra natal y penosa esclavitud en Galicia siendo,
a partir de su liberación, cuando se forja la leyenda de este santo en tierras
del Serrablo, al querer retornar a su país natal pero al que nunca llegó, ya
que al paso por el Serrablo algo en su interior despertó e hizo que se quedara
como ermitaño en la conocida cueva de los Sestrales cercana a la conocida
población de Nocito.
La
leyenda de este santo es de lo más humano. Siempre volcado en ayudar a los
demás, dicen que las gentes de Nocito lo respetaban por ello, sintiendo
verdadera admiración por este santo. Pero san Urbez veía con preocupación cómo
los vecinos de Nocito se encontraban divididos a causa de una guerra
territorial por las tierras que configuraban el término municipal, cuya frontera
natural la delimitaba el rio que pasaba por mitad de esta bonita población
serrablesa. Cierto día los vecinos de ambas partes del río deciden poner a
prueba a san Urbez en un intento de que él mediara en este asunto tan
controvertido, al ver en el santo a una persona sabia y neutral. Al hacerle la
pregunta los vecinos de a quienes quería más y por lo tanto en qué lado le
gustaría quedarse a vivir. San Urbez, lanzando su largo cayado al cielo con
fuerza exclamo: "Donde caiga mi garata allí sere enamorato", (donde
caiga mi cayado allí querré vivir) yendo a caer el cayado justo en el centro
del río, por lo que dedujeron que debían hacer un puente y unir las dos partes
para vivir como un solo pueblo.
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San Urbez. |
Dicen de
él que vivió cien años, que bendecía el sitio donde se hallaba con su sola
presencia y que el trigo nacía por donde pisaba, por lo que podemos deducir que
el Serrablo está bendecido en perpetuidad por este santo varón. Cuando murió
guardaron sus restos dentro de un arcón con tres cerraduras siendo depositado
en la iglesia románica construida cerca del eremitorio de Nocito. Poco a poco y
con el paso de los siglos, este santo fue ganado adeptos por sus milagros a la
vez que crecía en volumen la iglesia donde se hallaban sus restos óseos,
convirtiéndose con el tiempo en santuario. Se puede decir que desde el siglo
VIII hasta el XVI no ha dejado de haber remodelaciones importantes en este
templo pudiéndose apreciar en él, una mezcla de estilos arquitectónicos de
diferentes épocas dándole una riqueza inusitada a este complejo religioso.
Como en
tantos otros lugares de la geografía aragonesa, la guerra civil vivida con
especial crudeza en Aragón, se ensañó con todo lo referente a lo religioso,
destruyéndose gran cantidad de patrimonio eclesiástico de incalculable valor.
En Nocito también se vivieron momentos tristes para la historia de esta tierra,
al ser quemadas las reliquias del santo y expoliadas las riquezas del santuario
de san Urbez. Dichas reliquias eran utilizadas como reclamo para las
beneficiosas lluvias, en la celebración conocida como "La mojada de san
Urbez". Cuenta la tradición que en esta celebración se sacaban las
reliquias del santo en solemne procesión desde el santuario de san Urbez hasta
una balsa existente en las inmediaciones del templo donde eran sumergidas las
reliquias del santo, para como ya digo, propiciar las lluvias y facilitar las
cosechas en estas austeras tierras. Tradiciones ancestrales y leyendas como
ésta, afianzan al Serrablo como lugar histórico vivo, dando una lectura clara
de su riqueza cultural y humana.
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Puente medieval en Noc |
El antiguo monasterio de San
Urbez.
Saliendo
de Nocito hacia el este, la pista nos conduce a la hoy ermita de San Úrbez, que
en otro tiempo fuera iglesia monástica de un renombrado cenobio que hunde sus
raíces en el mundo visigodo/mozárabe.
Hubo
monasterio visigodo y antes población y quizá templo romano como atestiguaban
sendas esculturas de cabezas romanas marmóreas empotradas en sus muros. Hoy
están en el Museo de Huesca.
A finales
del XI pasó a depender del monasterio de San Ponce de Tomières. Durante siglos
constituyó el depósito de los restos de los niños-mártires Justo y Pastor,
conservados actualmente en San Pedro el Viejo de Huesca. El monasterio fue el
centro religioso y cultural de los valles del Guarga.
Las
llaves para visitar el templo las suelen guardar en la casa al sur del templo
("Refugio de San Úrbez", con habitaciones de 4-6 plazas, regentado
por Genoveva -974 340142-), o en Nocito (Preguntar en el pueblo).
Chimeneas
Espantabruxas, leyendas convertidas en tradición en el Alto Aragón
En muchos
pueblos de nuestro pirineo oscense, es fácil encontramos con majestuosas
chimeneas troncocónicas, que se alzan altivas en los tejados de sus casas más
antiguas, denominadas popularmente chamineras o chimeneras.
En muchas
de estas chimeneas del alto Aragón aparecen estos curiosos objetos, que unas
veces son una simple piedra vertical, otras una piedra en forma de cono, otras
un puchero, una cruz o como en el caso de
los pueblos del Serrablo, seres de apariencia terrorífica.
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Típica chimenea con espantabrujas en Nocito. |
El
significado de estos elementos que se colocan sobre las chimeneas, tienen una
explicación en las leyendas populares de las bruxas. Dicen, que evitaban que
las brujas que sobrevolaban los tejados de las casas sobre sus escobas,
entraran en los hogares a través de la única entrada que no podían cerrar, las
chimeneas. De ahí, que los objetos
colocados sobre éstas, reciban el nombre de espantabrujas.
Los
espantabrujas eran, antiguamente, piedras antropomorfas, cruciformes, porosas y
con un orificio en su centro que hacía que el aire silbara al pasar. En
realidad no se trata de cruces sino de unos moñacos bastante feos, con los
brazos abiertos como quien quiere impedir el paso: son los “espantabruxas”.
Otras veces como hemos comentado, no son al estilo de cruces, sino de bolas
redondas. Que tampoco son bolas sino cabezas, también feísimas por lo general.
Y en la zona de la Sierra
de Guara -por ejemplo Lecina- solían colocar como espantabruxas, cántaros o
vasijas similares de alfarería, sin duda por el papel purificador que de
siempre ha simbolizado el agua.
Como refuerzo al espantabrujas, se solían dejar las tenazas del hogar abiertas en forma de cruz, o hacían una cruz en las cenizas que quedaban en el hogar después de apagado el fuego, antes de irse a la cama. Y además en la campana de la chimenea se colocaba el “motilón” o “motilonot”. Era un muñeco de barro sin cocer, de fabricación casera, tal vez un trasunto de los dioses lares, que defendía la entrada de las brujas.
Como refuerzo al espantabrujas, se solían dejar las tenazas del hogar abiertas en forma de cruz, o hacían una cruz en las cenizas que quedaban en el hogar después de apagado el fuego, antes de irse a la cama. Y además en la campana de la chimenea se colocaba el “motilón” o “motilonot”. Era un muñeco de barro sin cocer, de fabricación casera, tal vez un trasunto de los dioses lares, que defendía la entrada de las brujas.
Las auténticas espantabrujas, se
encuentran en pueblos abandonados como Escartín, ya que conservan intacto su
aspecto original y no han sido
reformadas como es natural, en los pueblos actuales.
Las hay
también con forma de figura en Vio, Ipiés, Larrede, o Gésera entre otros
lugares. Con forma de cruz, podemos verlas en Hoz de Jaca, Javierre del Ovispo
o Nocito. Con forma de cabeza y rostro humano en Lasieso, Ipiés, Sardás,
Sabiñánigo, etc. Las hay con la piedra tallada en forma de bola, por ejemplo en
Panticosa, o en forma de hoja, en Hoz de Jaca. Las hay de formas curiosas, como
una con forma de gato en Fiscal, de pájaro en Ceresola, y de campana en Larrés.
Hasta las hay con forma de humano con los brazos en cruz, en Hecho, labradas
con piedras porosas denominadas tobas o toscas.
En otros
lugares, podemos ver otros tipos de espantabrujas con una vasija colocada
encima de la chimenea, como es el caso de Panticosa, con vasijas boca abajo o
del Pueyo de Jaca o Fiscal con la vasija boca arriba. Incluso con la vasija
tallada en piedra como en Labuerda.
Existen espantabrujas muy curiosas
como son las de la zona del Serrablo, con piedras que rematan las chimeneas con
formas de seres terroríficos. Las podemos observar en Olivan, Latas, Javirere
del Ovispo, Yebra etc…
En el
patio central de Pirenarium, en Sabiñánigo, existe una réplica de cuatro
chimeneas con espantabrujas.
Hoy en
día, las nuevas construcciones siguen con esta bonita tradición de rematar las
chimeneas con algún objeto.
Una
bonita forma de descubrir La
Magia de Huesca
Un Camino de Santiago mágico y
desconocido.
Otras particularidades de esta
zona que han quedado ocultas entre las sombras del pasado y olvidadas en el
tiempo, como arrinconadas por la historia, tienen matices de gran importancia
para el Serrablo y que hoy les daremos alas para que regresen con fuerza,
mostrando al mundo que este bello rincón de Aragón tiene todavía mucho que
decir. Me estoy refiriendo al "Camino de
Santiago": dicho esto, seguro que todos piensan en el que atraviesa el
Somport; pues no, mi referencia es a otra vía del camino de Santiago, en
concreto me estoy refiriendo al que viene del Mediterráneo, más concretamente
de Tierra Santa y que desembarca en costas mediterráneas, camino que desde el
gran interés que despierta en mí, he investigado y teorizado siguiendo cierta
lógica racional y con pruebas halladas no poco contundentes.
Como
curioso e investigador de temas míticos, religiosos y mágicos, me he interesado
por todo lo concerniente al camino de Santiago, camino rico en cultura, matices
antropológicos y sobretodo humanos, este estudio me ha llevado a descubrir la
existencia de este camino de Santiago que parte de las costas mediterráneas y
que asciende por toda la geografía aragonesa para unirse al camino que viene
del Somport mas o menos a la altura de san Juan de la peña. Mi estudio se
inicia en la población de Cretas, en la comarca del Matarraña situada en la
provincia de Teruel donde, en esta población se puede observar un viejo y
olvidado hospital de peregrinos dedicado a dar descanso al caminante, que viene
de la costa después de desembarcar en los puertos tarraconenses y
castellonenses proveniente de Tierra Santa y que encamina sus pasos hacia el
norte para encontrarse como ya digo con el otro camino que viene cruzando los
Pirineos, así pues, su siguiente parada sería con toda lógica, el monasterio de
Rueda en la población de Sástago (Zaragoza), otro gran complejo eclesiástico
que cuenta con una gran hospedería.
Continuaríamos
en este periplo viajero encaminando nuestros pasos hacia el Pilar de Zaragoza,
siendo este templo el primer centro mariano creado por el apóstol Santiago en
su deambular por esta piel de toro en busca de almas que convertir. En el
siguiente paso de mi mapa personal estaría san Pedro el viejo en Huesca
capital, joya de nuestro románico donde como curiosidad podremos observar el
horóscopo de Jesús en un claro "stellium" o conjunción de planetas
que marca la fecha de nacimiento del Mesías y que esta no es precisamente el 25
de diciembre. Desde aquí el caminante se dirigirá hacia las tierras del
Serrablo para pernoctar en el santuario de san Urbez en Nocito, ya que como
podemos observar, la iglesia tiene adosada una gran casa que hacía las veces de
hospedería de caminantes; desde esta localización el peregrino, siguiendo el
ocaso del sol, debería dirigir sus pasos hacia san Juan de la peña, lugar
emblemático para Aragón, cuna de este viejo reino y donde se guardó
durante muchos años el controvertido Santo Grial. Desde este sitio el peregrino
dirigiría sus pasos hacia el monasterio de Leire, saliendo de esta manera de
nuestro territorio para adentrarse en tierras navarras. Podremos apreciar que
este camino del santo compostelano discurre por las tres provincias aragonesas
y sin embargo no es nada conocido, ni en nuestra tierra ni en el resto del
país. No obstante, la lectura que podemos sacar es que en otros tiempos, los
caminos del Serrablo estuvieron transitados por multitud de almas en un intento
de purificación personal y penitencia, siguiendo los pasos del apóstol y que
muy probablemente el propio Santiago "el mayor" también andó por los
mismos caminos que transitó san Urbez.
Deduciremos
por lo tanto, que la parte más mágica del camino de Santiago serrablés viene de
la mano de nuestro santo anacoreta afincado en estas tierras, ya que su nombre,
su persona y su vida nos habla constantemente de este llamado camino de la
perfección o de Santiago. La vida de san Urbez nos habla de esclavitud y de
sufrimiento, su ida a Galicia como esclavo y su retorno como hombre libre. Creo
que todos apreciamos la alegoría de san Urbez, pues el camino de Santiago, es
un camino de renacimiento de un nuevo hombre, ya que en él se inicia el viaje
de ida con muchas ataduras sociales y en el camino el caminante se va
despojando de esas cargas mundanas y despertando a un nuevo hombre, regresando
de Galicia libre de ataduras y como un hombre nuevo. Pero si esta similitud
entre el caminante y la vida de san Urbez es curiosamente tan plausible, cuando
traducimos de la antigua lengua vascona su nombre lo apreciamos con más
claridad. "Urbez o Urbicio" vendría a significar Camino de la
perfección, es decir, su nombre nos habla categóricamente del camino de
Santiago, una prueba más de que este camino iniciático y mágico que trascurría
por el corazón del Serrablo, haciendo como ya podemos intuir, que la hospedería
de Nocito fuese muy transitada por peregrinos venidos de Tierra Santa.
Queda claro entonces, que el Serrablo aún tiene mucho que aportar a la personalidad de Aragón: la historia de este bello rincón oscense tiene matices insospechados y que están reposando y esperando como el buen vino a que alguien los descorche, para mostrar al mundo la densa riqueza antropológica que posee, ya que miremos por donde miremos en cualquiera de los rincones del Serrablo, encontraremos leyendas, historias y mitos que solo el tiempo ha podido generar, señal inequívoca de que este territorio tiene unas raíces muy profundas arraigadas en el tiempo y en las gentes que con su esfuerzo construyeron este bello rincón del reino de Aragón.