domingo, 16 de noviembre de 2014

UNA RUTA INOLVIDABLE : EL SANTO GRIAL EN ARAGON.


Introducción.

En esta ruta vamos a conocer algunos de los monumentos que más se identifican con el concepto que todos tenemos en la cabeza de lo que debió ser la Edad Media: Monasterio viejo de S.Juan de la Peña, castillos inexpugnables, monasterios perdidos entre montañas y reliquias de poderes sobrenaturales que seducían a los peregrinos de toda la Cristiandad. Son conjuntos además, de un encanto especial por los parajes en los que se ubican en las sierras del Prepirineo, de una belleza que durante muchos años, ha quedado a la sombra de otros destinos más populares y promocionados como Ordesa o la Vall d'Aran. Y sin embargo estas montañas ariscas encierran algunos lugares de una belleza pura y adusta, que llega al alma del viajero con mucha intensidad, quizá porque permite admirar la inmensa llanura aragonesa en toda su dimensión y permite recordar la árdua aventura de la reconquista cristiana que comenzó por estas intrincadas montañas.





El Castillo de Loarre: Reino de los Cielos en tierras de Huesca


Nuestro primer destino es el castillo de Loarre, considerada la mejor fortaleza románica de toda Europa. Desde Huesca, la carretera se diCastillo de Loarrerige hacia la sierra que alberga el castillo con aire distraído, de forma paralela a las formaciones montañosas, hasta que decide acometer la subida de forma directa, y entre grandes cuestas. Desde lejos, Loarre se confunde con las montañas que lo rodean y cuesta fijarse en sus contornos; poco a poco, vamos distinguiendo la forma semicircular del ábside de su iglesia, y su formidable posición estratégica. Tiene su origen en el siglo X, aunque lo que vemos actualmente es fruto de la obra de Sancho Ramírez, que hacia el 1070 conquista definitivamente la fortaleza.

Este monarca tuvo la feliz idea de construir una capilla real como centro de un monasterio regido por la orden agustina. La integración entre el aspecto defensivo y el monacal de todo el conjunto es un auténtico prodigio, pues resulta difícil establecer una diferenciación entre ambos ámbitos en este edificio. En el exterior se han conservado algunas catapultas y parte del material utilizado por la producción "El Reino de los Cielos", que rodó aquí algunas de las escenas del comienzo de la película; la fama de Loarre en Hollywood es bastante conocida, y es habitual su presencia en muchas otras producciones de corte épico o medieval. En el mismo pueblo, situado más abajo, le podrán contar interesantes historias sobre el paso de famosos actores por estas tierras, con anécdotas que sirven para ilustrar recuerdos eternos. El recinto se encuentra rodeado de una muralla del siglo XIII que contribuía a dificultar el acceso a la roca, el núPortada de Loarrecleo más antiguo. La entrada principal se sitúa al sur, y consta de una puerta enmarcada en un arco de medio punto; fíjese en los capiteles de ambos lados, representando a un par de personajes y un grupo de monos, son de los mejores que pueden verse en Aragón. Sorprende al visitante tal refinamiento artístico en una construcción dirigida a la defensa, pero no debemos olvidar que esta entrada era la vía principal de acceso a las dos iglesias.

Al otro lado de la puerta, se abre una escalera muy empinada que sirve de distribuidor. Lo más interesante es la diferente altura de los escalones del centro y de los laterales, y que hasta hoy no ha encontrado una explicación clara; hacia la mitad de la escalera una puerta a mano derecha permite acceder a la iglesia baja o cripta. La oscuridad reinante, sólo tamizada por la escasa luz que se filtra a través de sus inmensos muros, produce una impresión de antigüedad y misticismo, auténticamente románica. Desde esta cripta, una pequeña oquedad da paso a una escalera de caracol que sube hasta la iglesia de San Pedro, o iglesia alta. La sensación de armonía y belleza que desprende es difícilmente olvidable; una preciosa arquería ciega recorre el ábside, sin más ornamentos que los relieves de sus capiteles, y la imposta que recorre todo el conjunto. Sorprende la considerable altura del templo, teniendo en cuenta que esta gran cantidad de piedra reposa a su vez en la cripta que acabamos de ver. Las ventanas se sitúan por tanto en una posición elevada que otorga una interesante luminosidad al interior que hará las delicias de los fotógrafos. En uno de los lados del ábside, emerge de forma poderosa la roca que cimenta Loarre, como si reivindicase Torre del Homenajeque ella también forma parte de esta fortaleza. Los capiteles que decoran las columnas tienen evidentes influencias orientales e islámicas, con finos entrelazos y palmetas, que se entremezclan con temática historiada. Pero lo más sobresaliente es la cúpula, de anillos concéntricos, que denota una maestría única en la Europa en el siglo XI. Saliendo de la iglesia, y subiendo de nuevo por la escalera central accedemos a la parte alta del castillo, organizado en torno al patio de armas, presidido por la torre del homenaje. Merece la pena ascender por su tortuosa escalera de ronda, hasta alcanzar su parte alta, desde la que se domina un paisaje sobrecogedor; desde esta altura, es imposible no sentirse un señor feudal, orgulloso de dominar tierras, campiñas, aldeas y praderas a simple vista en toda la hoya de Huesca. Se han conservado además diversas estancias palaciegas de la misma época, como la torre de la reina, donde los turistas quedan perplejos ante la existencia de un agujero excavado en los diferentes pisos, que hacía las veces de conducto para el retrete real. Pasadizos y galerías conforman un auténtico laberinto, perfectamente diseñado para frustrar cualquier intento de asedio del corazón del castillo, y que conforma el marco perfecto para dar rienda suelta a la imaginación. Cuando el atardecer ilumina sus muros, Loarre parece verdaderamente un centinela de piedra dorada, que todavía hoy sigue manteniendo las distancias con el enemigo musulmán, del que les separaba apenas unos kilómetros.




Los Mallos de Riglos y el Maestro de Agüero


Abandonamos Loarre descendiendo de nuevo a la hoya de Huesca, y alcanzando el valle del río Gállego hacia el este, un oasis de feracidad entorno al cual se disponen algunos pueblos cargados de historia. Uno de los más impactantes, es Riglos, minúscula aldea que aparece empequeñecida ante la enorme magnitud de sus célebres mallos. Cualquiera que los vea de lejos por primera vez, siempre se pregunta si Santa Cruz de la Serós realmente estamos ante una obra de la naturaleza o es un capricho de algún magnate para promocionar un nuevo parque temático de la escalada. Se trata de un conjunto de escarpes calizos de enorme altura, totalmente verticales, que caen a plomo sobre el curso del río. La piedra aparece perfectamente pulimentada por la acción de la erosión, y el paisaje se podría definir como una especie de panes de leche arrimados los unos con los otros. Desde todas partes vienen los amantes del vértigo para escalar estas paredes, consideradas de alta dificultad.





Es obligado disfrutar de la estampa en días soleados y al atardecer, cuando la roca parece incendiarse literalmente como un hierro incandescente y desprende un color inolvidable. Un poco más arriba del río, pero hacia el otro lado, se encuentra Agüero, dominado por un paisaje similar y menos conocido, que parece encerrar el pueblo en un pequeño anfiteatro rocoso. Visita obligada es la iglesia de Santiago, situada en lo alto de un monte que domina el pueblo; para llegar hasta ella hay que tomar un estrecho camino que con lluvias recientes puede convertirse en un lamentable barrizal. En cualquier caso no se atreva a pasar de largo, el maestro que trabajo en tímpanos y capiteles es el mismo que el de San Juan de la Peña, y aquí empieza a dejar evidencias de su inmenso talento y calidad: por poner un ejemplo, el capitel de la bailarina y el músico arpista, es una auténtica joya del románico español. Observe que son dos los capiteles dedicados a este motivo en la portada meridional, describiendo dos instantes diferentes de una escena que parece desarrollarse como un cómic; en primer lugar la danzarina espera la nota inicial de los músicos, mientras que a continuación se muestra la danza en plena ejecución. Por último el tímpano central nos muestra una Epifanía o Adoración de los Magos en el comenzaremos a ver la mano de un genio, de talento y estilo inconfundibles; observe el hieratismo de sus figuras y al mismo tiempo la sensación de cercanía y expresividad que siguen transmitiendo más de ocho siglos después.

Santa Cruz de la Serós: La gran torre


Continuamos nuestro camino hacia el norte, y alcanzamos por fin, la canal de Berdún, un valle transversal que permite diferenciar el Pirineo Axial, o principal, del resto de sierras prepirenáicas que estamos recorriendo. Esta ha sido desde siempre una vía tradicional de comunicación, y en la Edad Media, fue aprovechada por el camino de Santiago que venía desde Somport y Jaca, antes de alcanzar tierras navarras, lo que constituyó un importante factor para el desarrollo de la vida comercial y económica de primer orden en toda la zona. Naturalmente esto fue aprovechado también para el desarrollo de una intensa labor religiosa y evangelizadora, fruto de lo cual son las magníficas iglesias románicas que han llegado hasta nosotros. Santa Cruz de la Serós, la Serós es un pequeño pueblo, que conserva dos magníficas muestras de ello; una de ellas salta a la vista nada más entrar, por su gallarda y reconocible torre, se trata de la iglesia de Santa María, testigo de lo que fue un antiguo cenobio de una orden femenina benedictina.



Hoy solamente se conserva la iglesia de aquel primitivo cenobio, construido en el siglo XI por orden del rey Ramiro I. De esta fundación deriva el nombre del pueblo, pues Serós parece ser una corrupción de Sorores, o "hermanas". El exterior es una gran armonía, siendo lo más interesante su portada occidental, donde puede verse un crismón o símbolo de la divinidad cristiana idéntico al de la catedral de Jaca, y una magnífica muestra de canecillos de la más variada temática. En el interior, es imposible marcharse sin tomar la escalera que asciende a la torre, aunque sólo sea para admirar las maravillosas vistas que nos depara. Desde esta atalaya, se comprende mejor la integración del Románico con el paisaje, esa comunión que se consigue en este arte como en ningún otro del mundo. El caserío de Santa Cruz es muy pequeño, y parece protegido por las sierras de la Peña, que con sus curiosas formas, parecen rivalizar entre ellas. En esta iglesia debemos comprar las entradas para el monasterio de San Juan de la Peña, pero antes de prepararnos para su visita, conviene no olvidar el otro templo de Santa Cruz, dedicado a San Caprasio, una humilde pero acogedora iglesia de estilo románico lombardo. El estilo lombardo es una variante del Románico que tiene su origen en la región de la Lombardía italiana, y encontró en los Pirineos una nueva fuente de inspiraciones donde plasmar algunas de sus mejores obras; las iglesias lombardas son inconfundibles, especialmente por su ausencia de decoración escultórica, y por los arquillos ciegos que decoran el tejaroz o cornisa. Todo en San Caprasio desprende armonía y espiritualidad, y sus pequeñas dimensiones, no hacen sino acrecentar una sensación de recogimiento que difícilmente conseguiremos en una gran catedral.

San Juan de la Peña: La Caverna del Grial


Es hora de coger de nuevo el coche para dejarse llevar por la gran atracción de la ruta, el monasterio de San Juan de la Peña, uno de los símbolos monumentales de Aragón, que atrae cada año a miles de visitantes. La carretera no para de ascClaustro de S. Juan de la Peñaender desde Santa Cruz, a través de un paisaje que poco a poco se adentra en un bonito pinar, que deja luego su paso a un bosque de robles, encinas y hayas auténticamente mágico, que transporta en pocos minutos al visitante a un escenario natural encantador y retirado. A los diez kilómetros, al poco de doblar una curva aparece ante nuestra atenta mirada la postal mil veces retratada del monasterio viejo, acurrucado bajo una inmensa roca calcárea, de color rojizo, que más parece hecha de cartón piedra que realizada por la naturaleza. Aquí más que nunca el entorno fue el principio y origen primario de la fundación del cenobio, este paraje perdido fue escogido por unos pocos anacoretas para reunirse y crear el primer monasterio de San Juan Bautista del Monte Pano en el siglo IX. Estamos en pleno periodo mozárabe, cuando Aragón daba sus primeros pasos avanzando desde estas montañas para hacer frente al dominio del Islam.




Luego pasaría a manos de la orden de Cluny, levantándose la fábrica románica que domina la mayor parte del conjunto, siempre bajo la protección real. Por desgracia, o por fortuna según se mire, en época alta nos vemos obligado a continuar con nuestro vehículo sin deternernos hasta llegar, un kilómetro y medio más arriba a la explanada del nuevo monasterio. Desde aquí podremos coger un autobús turístico incluido en la entrada, que nos dejara en el viejo monasterio en 5 minutos, y listos para iniciar la visita.

San Juan de la Peña posee varios elementos artísticos que sirven como testigos de los diferentes estilos que por él han pasado. La iglesia baja, verdaderamente excavada bajo la montaña, es de claro arte mozárabe; lo más interesante en la penumbra reinante en todo el conjunto, lo que unido a los arcos de herradura y el techo bajo, genera una sensación de arcaísmo brutal. Parece como si en cualquier momento, fuéramos a ver a Sean Connery y a Cristian Slater persiguiendo a un monje asesino como en "El Nombre de la Rosa". En esta iglesia baja, lo más valioso son las pinturas románicas que decoran los ábsides, frescos pintados sobre la propia piedra, con escenas de la Crucifixión y del martirio de San Cosme y San Damián. En la parte alta, llegaremos hasta el panteón real, donde se conservan los sepulcros de los primeros reyes aragoneses que eligieron este enclave para reposar eternamente; incluso dice una leyenda que la esposa del Cid Campeador, Jimena, esta enterrada en una de las tumbas. Desde este panteón se accede a la iglesia alta, plenamente románica, de tres ábsides bajo la roca y de una gran belleza; eso si, hasta el más neófito en la materia se dará cuenta de la disonancia que genera la capilla construida en el siglo XVIII para acoger los restos de los primeros condes, trasladados desde el panteón. Una de las obras más ignominiosas que se pueden recordar junto a una construcción románica. Por contra la iglesia es una demostración de autenticidad, y sirve de marco grandioso, para la joya que alberga, el Santo Grial, la copa que utilizó Jesucristo para oficiar la última cena. En la actualidad la reliquia se conserva en la catedral de Valencia, pero aquí se guarda una réplica como recuerdo de su paso por San Juan de la Peña, donde estuvo custodiada de la cercana morisma. La verdad es que cuesta encontrar un lugar mejor para guardar un objeto de tanta importancia simbólica. Desde la iglesia salimos por una puerta mozárabe al claustro, uno de los más bellos de toda Europa, verdadera filigrana en piedra. Es muy difícil encontrarse sólo en este lugar, pero intente buscar el momento para llevarse consigo algo de la magia que es capaz de ejercer en el visitante, al igual que lo hacía con los monjes que lo vieron construir. 

Sus capiteles, obra del maestro que ya vimos en Agüero, tienen un estilo inconfundible, con sus figuras de ojos grandes y penetrantes, sus ropajes marcados y sus pliegues concéntricos. Pasear con la mirada por todos ellos exige seguir un orden, pues su temática historiada sigue al pie de la letra algunos de los más importantes pasajes del Génesis y de la vida de Jesús: si pudiéramos elegir algún precedente del comic moderno, este sería uno de los más evidentes que podríamos encontrar. Los monjes encontraban aquí la mejor forma de inspirarse para vivir una vida de retiro y dedicación a Dios. Curiosamente, este claustro nunca tuvo techumbre, sino que contaba únicamente con la protección de la roca como tejado; esto generaba peligros evidentes en el continuo deslizamiento de piedras que caían desde lo alto, lo que fue causa de la muerte de muchos de ellos. Afortunadamente el visitante ve con cierta tranquilidad y alivio como se ha instalado una red protectora que evita los desconchamientos y los posibles desplomes.

Finalizamos nuestra visita regresando al aparcamiento del monte Pano, donde hemos dejado el coche. Antes de terminar la ruta, es obligado conocer el monasterio nuevo, aunque sólo sea por ver un buen audiovisual que nos ayudará a comprender lo que hemos visto, y a cerrar la boca por un momento para tratar de racionalizar nuestro asombro. Pero si de puntos finales hablamos, lo ideal es animarse a pasear un rato hasta el balcón del Pirineos, un mirador extraordinario al que se llega por un sombrío bosque de hayas y otras especies en apenas 5 minutos, y desde el que se admira casi todo el Pirineo central; varios paneles explicativos, enseñan de forma didáctica a reconocer las principales cumbres, y de paso muestran las diferentes especies botánicas que podemos encontrar en la cordillera. Ver las montañas desde aquí, con sus cimas nevadas la mayor parte del año, nos hace entender lo que sintieron los hombres que eligieron este enclave para vivir y soñar con una vida más pura y espiritual, en perfecta unión con la naturaleza de la que tantas cosas tenemos que aprender....


miércoles, 5 de noviembre de 2014

LA HISTORIA DESCONOCIDA DE ARAGON.


Aragón Mistérico

Aragón es uno de los territorios de España que mayores tesoros mistéricos oculta. Historía, tradición, fantasía y un gran espíritu lúdico nos van a permitir dar un paseo por las tres provincias aragonesas. Ni es turismo cultural, ni es de masas, ni tampoco es religioso o esotérico.
Así, he tenido en cuenta las investigaciones sobre los Templarios de Armando Díez Garrido, que afirma que "ocurriera lo que ocurriera, algo grande pasó en Aragón cuando desapareció el Temple y se refugiaron en Aragón los caballleros de Montesa". Antonio Beltrán, nuestro gran sabio, es quien nos ha proporcionado las pistas sobre el Santo Grial, mientras que las obras de Alberto Serrano Tesoros Ocultos y riquezas y imaginarias de Zaragoza, Mitos y Leyendas de José Luis Corral, la sabiduría de Javier Sierra, turolense de excepción, y de Iker Jiménez, a los que seguimos con interés y la inestimable ayuda de Javier Sierra, de los parapsicólogos Angel de Santos y Encarna Sánchez, la obra de Angel Gari, las conversaciones con el gerente de Turismo de la Diputación de Zaragoza, Javier Bona, y, sobre todo, muchas horas de conversación con gentes y de lectura, nos muestran un esbozo de un Aragón mágico, espitirual y trascendente que desde la prehistoria fue un lugar donde siempre ocurrieron cosas. Despójense, por tanto de prejuicios y de rigor histórico, y tomense un poco en broma lo que van a leer a continuación. Pero a ustedes les corresponde decidir qué creen y qué es una mera fantasía. Porque se van a encontrar con diosas, monjes templarios, tesoros escondidos y que, el Pilar, por ejemplo, está situado en un lugar de fuertes energías telúricas. El agua es un elemento que sirve para transitar entre dos mundos, el que percibimos todos y el de las sombras. No vean una ataque a la religión alguna porque les hablemos de la descendencia de María de Magda. La.   intención es, entretenerles y plantearles dudas y, sobre todo, seducirles con este Aragón
Desde el principio de los tiempos, el territorio que ocupa la actual Comunidad Autónoma de Aragón, estaba dominado un gran río, el río Padre, que desde su nacimiento hasta la desembocadura tenía un punto mágico, ya que fecundaba a una diosa primigenia que velaba por la supervivencia de aquellos pequeños pueblos que peregrinaban desde el paleolítico hasta el valle del Ebro. El matriarcado imperaba en una época en la que probablemente, el hombre era cazador y la mujer recolectora y madre. El nacimiento de un niño estaba velado de milagro y la reproducción era fundamental para evitar la extinción de las pequeñas tribus que se asientan en el Neolítico.
La diosa, seguía siendo adorada en la Salduie de los iberos, y posteriormente cuando en este espacio los romanos fundadores de Caesaraugusta, toman este punto como convergencia entre el cardus y decumanus. El culto sigue con el cristianismo que acaba por reconocer la existencia y muchos milagros de la hoy llamamos la Virgen del Pilar. Es lo mismo que ocurre en otro lugares "mágicos", como el Camino de Santiago, o la Abadía Gótica de Saint Michel. La costumbre está tan arraigada entre la población, que no es posible hacer desaparecer los viejos cultos, sino que hay que optar por cristianizarlos.
No es, por tanto, extraño que el Pilar siga siendo hoy el primer centro de atracción mariana de Aragón y uno de los más importantes del mundo. Y que en ese edificio y en los adyacentes sucedan cosas muy, muy misteriosas.
Se habla de bilocaciones en ese lugar sacro. Es decir, que una persona era vista allí y a la vez estaba en otro lugar. De un punto concreto que es un agujero del tiempo y que permite viajar en uno de los bucles que predica la hoy incipiente física cuántica. Las vibraciones colectivas de todo un pueblo han hecho posibles milagros, que siempre habrá un racionalista que explicará con razones objetivas. Pero ¿a que todos ustedes, zaragozanos, ya pueden ser ateos, pero no dejan que nadie les toque a los dos exponentes más importante de éste territorio: la Virgen del Pilar (la diosa madre) y el río Ebro (el dios que fecundaba las tierras a su paso, que daba alimento, que saciaba la sed y prevenía de invasiones de bárbaros del norte.
Y no se me enfaden los de la margen izquierda, porque donde se encuentra el Actur fue tierra mágica y lo sigue siendo, aunque los núcleos urbanos preferían entonces la margen derecha. La salud se resentía y el bocio ha sido endémico en estas tierras, en las que hubo enterramientos, ritos y ofrendas. No es casualidad que la dama blanca que se apareció con la columna de Tierra Santa al apóstol Santiago lo hiciera a las orillas del libro, sino que, como saben, las apariciones eran un fenómeno frecuente. La del Pilar, hubo que reconocerla, pero... ¿por qué aparecen signos coreanos en el edificio? ¿Qué hay bajo el Pilar?
Siendo una tierra tan marcada por los monjes guerreros, los caballeros del Temple y del Santo Sepulcro, garantes de una serie de reliquias, tradiciones y tesoros, parece probable que la peregrinación hasta el Pilar tuviera otro sentido, aunque no tan diferente del actual.
¿Ustedes se han preguntado la razón por la que la novela El Código Da Vinci ha generado tanta polémica? ¿Las razones para que se publique en la Era de Acuario? No era un secreto la existencia de una leyenda que dice que María Magdalena jamás fue prostituta, sino una joven noble a la que desposó Jesucristo, y que le dio hijos. La leyenda cuenta que es a María de Magdala la que Jesús dio el testigo de sus enseñanzas y de su iglesia, y no a Pedro, quien habría tenido por ello cierto rencor hacia la Magdalena. Record de ventas es el libro del turolense Javier Sierra, aunque afincado en Madrid, La cena secreta, en la que narra una historia alrededor del cuadro de Leonardo Da Vinci, que muestra cómo en la última cena del Nuevo Testamento, es una mujer la sentada a la derecha de Jesucristo. A ella se apareció la primera vez tras resucitar y sería José de Arimatea quien la trasladaría embarazada, hasta Marsella. En esa zona francesa hay multitud de iglesias dedicadas a la Madeleine. Portaban además el Santo Grial, la copa que sirvió para la consagración en la Ultima Cena, y habría recogido la sangre de Jesús de Natareth cuando manó sangre del costado del crucificado al ser alanceado por Longinos.
Hay quienes piensan que la Magdalena se estableció en el sur de Francia con un grupo de adeptos que seguía las enseñanzas de Jesús, los cátaros, que con el tiempo serían exterminados. La descendencia de Jesús y María Magdalena se conocería como La Estirpe Sagrada, y en algún momento entroncaría con los Merovingios, hasta Dagoberto II, con quien se extingue la dinastía.

Pero muchos aseguran que jamás existieron esos amores, que la Jesús jamás mantuvo relaciones. Salvo fraternales con María de Magdala, y que el Santo Grial es una copa que ansían los que desean dominar el mundo. El mismo Hitler sufragó una serie de expedienciones y su lugarteniente Himmel viajó hasta Montserrat sin éxito para buscar la copa, que sociedades secretas aseguran que tiene la esmeralda verde que portara Lucifer antes de su caída.
¿Y qué tenemos que ver con todo esto, se preguntarán ?
Pues todo. Al parecer hubo una orden secreta, los Templarios o caballeros monjes, que velaron por siempre por la estirpe sagrada, según unos, o por las reliquias, la más importante, el Grial y la cabeza de San Juan el Bautista.
Pues bien, tras los altercados que se produjeron en el Languedoc (país d´oc) y La Occitania pertenecía a la Corona Aragonesa, porque recuerden que dónde hoy es Cataluña en esa época hubo sin más un sólido Condado de Barcelona. Que no era Reino, por lo que los Templarios, que fundan monasterios dedicados a San Juan, enterrarían el Santo Grial en San Juan de la Peña, en Huesca. La obra de Von Eschenbach lo sitúa en Montserrat y Otto Rahn lo mantiene en el Languedoc francés, razón por la que Hitler mandó allí a sus investigadores, el primero de ellos Himmel, que se creía la reencarnación del emperador Enrique II Hohenstaufen, apodado el pajarero. Para Hitler y su gente, era fundamental hacerse con las reliquias y talismanes, por lo que llegó a fundar La Ahnenerbe - otros dicen que la fundó Himmel - para sugragar y preparar expediciones en busca del arca perdida y del San Santo Grial, además de increíbles tesoros, como la mesa de salomón, que nadie sabe muy bien para qué servía.
El Santo Grial de nuestra historia posteriormente se guardó y usó con gran reverencia en la catedral de La Seo y el Palacio de la Aljafería, hasta que Martín el Humano, conde de Barcelona y Rey de Aragón, se la llevó a Barcelona, donde se sentía él más en su casa. Tras varios quiebros, el Santo Grial de nuestra historia está en la actualidad en Valencia, donde es venerado. El doctor Antonio Beltran ya lo dice: "pues por los análisis y tipografía podría ser de la época de Jesús, el resto, es otra cuestión".
Si ustedes siguen la ruta del grial no olviden por favor, recalar en el castillo de Loarre, donde podrán sentir el espíritu de los cruzados.
El Rey de Francia y el Papa decidieron acabar con los Templarios para quedarse con las grandes riquezas que habían atesorado. Así, quemaron por los herejes a los responsables de orden y la disolvieron.
Hay quien asegura que de eso, nada. Que reyes como el de Aragón, les dio cobijo bajo en manto de la Orden de Montesa y los caballeros templarios llevaron sus riquezas y reliquias a diversos lugares de Aragón. Cabe destacar toda la zona que corresponde hoy a las Comarcas de Tarazona y Borja. Porque el mítico Moncayo tiene mucho que ver con leyendas y tesoros que cita Alberto Serrano.
La cumbre más alta es la de San Miguel, de 2.315´75 metros. San Miguel es el arcángel que está en lucha continua contra el Mal también en la abadía Gótica de Saint Michel, uno de los lugares dónde más sucesos extraños ocurren del mundo.
El Moncayo limita con Soria, Rioja y Navarra y esa es la ruta natural del Temple.
La tradición dice que el Moncayo es un monte hueco y que hay gnomos y todo tipo de criaturas habitando en su seno, ya que guardan impresionanes tesoros. Tesoro que buscarían Gustavo Adolfo Bécquer y su hermano Valeriano afanosamente. De hrcho, pudieron haberlo encontrado, pero no reunieron dinero para comprar el terreno y poder sacar las maravillas que encontraron allá. Los datos que da el poeta los comprobó Wanderer en "Veruela. Bécquer y el tesoro oculto" y lo cita el profesor de Literatura de la la Universidad de Zaragoza, José Luis Rubio, en un libro de la colección Boira de Ibercaja.
Por cierto, que ustedes no ignorarán que Aragón deriva de "d´ragon" y se sabe que una de esas fieras míticas, que adornan polícromas los techos de estancias de la Aljafería, habitó durante gran tiempo en la localidad de Ambel, - vuelvo a citar a Alberto Serrano - dónde hay una Peña Dorada y una Peña Hueca.
La actual directora general de Familia del Gobierno de Aragón procede de Borja y emparentada con Romualdo Nogués, reditó los Cuentos para gente menuda de este escritor del siglo XIX, quien habla de un naranjo que daba frutas de oro.
En Bulbuente hay un pasadizo que aseguran está repleto de riquezas, mientras que en el mítico castillo de Trasmoz, localidad mágica por excelencia, dicen que el sacristán de Tarazona Blasco Pérez, amasó una gran fortuna fabricando monedas falsas en 1267. Por eso hizo correr voces de espectros y brujerías, para espantar a las autoridades.
En el castillo de Tierga se cuenta que los musulmanes escondieron una cabra de oro en siglo XII y la taparon cuidadosamente antes de que las tropas de Jaime I el Conquistador tomase la ciudad.
Fray Maese Pedro Përez fue desterrado del Monasterio de Piedra - donde los fantasmas de los monjes dicen que se aparecen en determinadas habitaciones y en el claustro cantando el Miserere - al de Veruela por invocar a seres infernales para buscar tesoros, lo que fue como mandar a un goloso a una pastelería.
En el Palacio de la Aljafería de Zaragoza tiene lugar la leyenda de El trovador, que Verdi relata en su ópera Il Trovatore, además de que fue sede de la Inquisición y vaga por sus pasillos el fantasma de la dama de las perlas que pena en ese lugar avisando a los que van a tener una muerte próxima para que confiesen. Sede de la Inquisición, es un edificio cargado de misterios y leyendas, por no hablar ya del edificio que alberga al actual Gobierno de Aragón, que fue hospicio y hospital, dónde dicen que se escuchan los gritos de los niños y se ven sus espectros vagando por los pasillos. En el tejado de Presidencia a veces se ve a un misterioso hombre encapuchado, que incluso ha ido a buscar la policía y que se esfuma.


Espero que este texto de PILAR BARRANCO os alla emocionado y conmovido como me sucedió a mi hace unos años. Desde entonces, me di cuenta del enorme potencial que tenía a mi alcance y decidí darlo a conocer modestamente con mis escritos en la red, Leyendas, historia verdadera “no manipulada”,turismo, cosas curiosas y misteriosas de esta región tan rica llamada Aragón.


* Para finalizar y complementar este artículo, os he preparado un video, que es de una serie de dicumentales que emitieron en nuestra televisión autonómica hace algún tiempo... Es interesante y enigmático... Espero que os guste.






domingo, 5 de octubre de 2014

LEYENDAS Y TRADICIONES EN UN CAMINO DE SANTIAGO, MÁGICO Y DESCONOCIDO; EL SERRABLO,


Mitos y leyendas de Serrablo: San Urbez en Nocito.
Carlos Ollés Estopiñá es autor de "Lugares mágicos de Aragón"

La austeridad y el estilo de vida de los serrableses desde sus primeros asentamientos en este pequeño rincón aragonés, ha propiciado que cada uno de los días vividos en estas tierras, haya sido una lucha cuerpo a cuerpo contra la soledad y el olvido. El tiempo se ha comportado como un erosionador enemigo de sus gentes y de su cultura, haciendo que la indiferencia se instalase en estas tierras en un intento de engullir sus ricas y coloridas tradiciones milenarias. Por el contrario, la historia ha sido la única que ha hecho justicia a estas nobles gentes, colocándolas en el lugar justo y preciso de la historia de este viejo reino; corroborando que el Serrablo fue, es y será una pieza clave para construir la historia de Aragón y demostrando que esta callada tierra, es un eslabón imprescindible a la hora de conformar esta rica región histórica.


El pueblo de Nocito al fondo peña Guara.
No tendremos que ahondar mucho en la búsqueda para encontrar mitos y leyendas que han aportado personalidad al Serrablo, leyendas que van de la mano de la historia y de los lugares concretos donde han acontecido, haciendo que esta zona permanezca viva en las mentes de todas las personas que han andado sus caminos y han bebido de su rica y ancestral cultura.

En el mismo corazón del Serrablo se mantiene viva e inalterable entre otras la leyenda de San Urbez.
Anacoreta y santo de origen galo, que vivió sobre el siglo VII. Durante su infancia sufrió de persecución en su tierra natal y penosa esclavitud en Galicia siendo, a partir de su liberación, cuando se forja la leyenda de este santo en tierras del Serrablo, al querer retornar a su país natal pero al que nunca llegó, ya que al paso por el Serrablo algo en su interior despertó e hizo que se quedara como ermitaño en la conocida cueva de los Sestrales cercana a la conocida población de Nocito.


San Urbez.
La leyenda de este santo es de lo más humano. Siempre volcado en ayudar a los demás, dicen que las gentes de Nocito lo respetaban por ello, sintiendo verdadera admiración por este santo. Pero san Urbez veía con preocupación cómo los vecinos de Nocito se encontraban divididos a causa de una guerra territorial por las tierras que configuraban el término municipal, cuya frontera natural la delimitaba el rio que pasaba por mitad de esta bonita población serrablesa. Cierto día los vecinos de ambas partes del río deciden poner a prueba a san Urbez en un intento de que él mediara en este asunto tan controvertido, al ver en el santo a una persona sabia y neutral. Al hacerle la pregunta los vecinos de a quienes quería más y por lo tanto en qué lado le gustaría quedarse a vivir. San Urbez, lanzando su largo cayado al cielo con fuerza exclamo: "Donde caiga mi garata allí sere enamorato", (donde caiga mi cayado allí querré vivir) yendo a caer el cayado justo en el centro del río, por lo que dedujeron que debían hacer un puente y unir las dos partes para vivir como un solo pueblo.

Dicen de él que vivió cien años, que bendecía el sitio donde se hallaba con su sola presencia y que el trigo nacía por donde pisaba, por lo que podemos deducir que el Serrablo está bendecido en perpetuidad por este santo varón. Cuando murió guardaron sus restos dentro de un arcón con tres cerraduras siendo depositado en la iglesia románica construida cerca del eremitorio de Nocito. Poco a poco y con el paso de los siglos, este santo fue ganado adeptos por sus milagros a la vez que crecía en volumen la iglesia donde se hallaban sus restos óseos, convirtiéndose con el tiempo en santuario. Se puede decir que desde el siglo VIII hasta el XVI no ha dejado de haber remodelaciones importantes en este templo pudiéndose apreciar en él, una mezcla de estilos arquitectónicos de diferentes épocas dándole una riqueza inusitada a este complejo religioso.

Como en tantos otros lugares de la geografía aragonesa, la guerra civil vivida con especial crudeza en Aragón, se ensañó con todo lo referente a lo religioso, destruyéndose gran cantidad de patrimonio eclesiástico de incalculable valor. En Nocito también se vivieron momentos tristes para la historia de esta tierra, al ser quemadas las reliquias del santo y expoliadas las riquezas del santuario de san Urbez. Dichas reliquias eran utilizadas como reclamo para las beneficiosas lluvias, en la celebración conocida como "La mojada de san Urbez". Cuenta la tradición que en esta celebración se sacaban las reliquias del santo en solemne procesión desde el santuario de san Urbez hasta una balsa existente en las inmediaciones del templo donde eran sumergidas las reliquias del santo, para como ya digo, propiciar las lluvias y facilitar las cosechas en estas austeras tierras. Tradiciones ancestrales y leyendas como ésta, afianzan al Serrablo como lugar histórico vivo, dando una lectura clara de su riqueza cultural y humana.


Puente medieval en Noc
El antiguo monasterio de San Urbez.
Saliendo de Nocito hacia el este, la pista nos conduce a la hoy ermita de San Úrbez, que en otro tiempo fuera iglesia monástica de un renombrado cenobio que hunde sus raíces en el mundo visigodo/mozárabe.
Hubo monasterio visigodo y antes población y quizá templo romano como atestiguaban sendas esculturas de cabezas romanas marmóreas empotradas en sus muros. Hoy están en el Museo de Huesca.
A finales del XI pasó a depender del monasterio de San Ponce de Tomières. Durante siglos constituyó el depósito de los restos de los niños-mártires Justo y Pastor, conservados actualmente en San Pedro el Viejo de Huesca. El monasterio fue el centro religioso y cultural de los valles del Guarga.
Las llaves para visitar el templo las suelen guardar en la casa al sur del templo ("Refugio de San Úrbez", con habitaciones de 4-6 plazas, regentado por Genoveva -974 340142-), o en Nocito (Preguntar en el pueblo).

Chimeneas Espantabruxas, leyendas convertidas en tradición en el Alto Aragón

En muchos pueblos de nuestro pirineo oscense, es fácil encontramos con majestuosas chimeneas troncocónicas, que se alzan altivas en los tejados de sus casas más antiguas, denominadas popularmente chamineras o chimeneras.
En muchas de estas chimeneas del alto Aragón aparecen estos curiosos objetos, que unas veces son una simple piedra vertical, otras una piedra en forma de cono, otras un puchero, una cruz o como en el caso de los pueblos del Serrablo, seres de apariencia terrorífica.
Típica chimenea con espantabrujas en Nocito.

El significado de estos elementos que se colocan sobre las chimeneas, tienen una explicación en las leyendas populares de las bruxas. Dicen, que evitaban que las brujas que sobrevolaban los tejados de las casas sobre sus escobas, entraran en los hogares a través de la única entrada que no podían cerrar, las chimeneas. De ahí, que los objetos colocados sobre éstas, reciban el nombre de espantabrujas.
Los espantabrujas eran, antiguamente, piedras antropomorfas, cruciformes, porosas y con un orificio en su centro que hacía que el aire silbara al pasar. En realidad no se trata de cruces sino de unos moñacos bastante feos, con los brazos abiertos como quien quiere impedir el paso: son los “espantabruxas”. Otras veces como hemos comentado, no son al estilo de cruces, sino de bolas redondas. Que tampoco son bolas sino cabezas, también feísimas por lo general. Y en la zona de la Sierra de Guara -por ejemplo Lecina- solían colocar como espantabruxas, cántaros o vasijas similares de alfarería, sin duda por el papel purificador que de siempre ha simbolizado el agua.


Como refuerzo al espantabrujas, se solían dejar las tenazas del hogar abiertas en forma de cruz, o hacían una cruz en las cenizas que quedaban en el hogar después de apagado el fuego, antes de irse a la cama. Y además en la campana de la chimenea se colocaba el “motilón” o “motilonot”. Era un muñeco de barro sin cocer, de fabricación casera, tal vez un trasunto de los dioses lares, que defendía la entrada de las brujas.
Las auténticas espantabrujas, se encuentran en pueblos abandonados como Escartín, ya que conservan intacto su aspecto original  y no han sido reformadas como es natural, en los pueblos actuales.

Las hay también con forma de figura en Vio, Ipiés, Larrede, o Gésera entre otros lugares. Con forma de cruz, podemos verlas en Hoz de Jaca, Javierre del Ovispo o Nocito. Con forma de cabeza y rostro humano en Lasieso, Ipiés, Sardás, Sabiñánigo, etc. Las hay con la piedra tallada en forma de bola, por ejemplo en Panticosa, o en forma de hoja, en Hoz de Jaca. Las hay de formas curiosas, como una con forma de gato en Fiscal, de pájaro en Ceresola, y de campana en Larrés. Hasta las hay con forma de humano con los brazos en cruz, en Hecho, labradas con piedras porosas denominadas tobas o toscas.

En otros lugares, podemos ver otros tipos de espantabrujas con una vasija colocada encima de la chimenea, como es el caso de Panticosa, con vasijas boca abajo o del Pueyo de Jaca o Fiscal con la vasija boca arriba. Incluso con la vasija tallada en piedra como en Labuerda.

Existen espantabrujas muy curiosas como son las de la zona del Serrablo, con piedras que rematan las chimeneas con formas de seres terroríficos. Las podemos observar en Olivan, Latas, Javirere del Ovispo, Yebra etc…
En el patio central de Pirenarium, en Sabiñánigo, existe una réplica de cuatro chimeneas con espantabrujas.

Hoy en día, las nuevas construcciones siguen con esta bonita tradición de rematar las chimeneas con algún objeto.
Una bonita forma de descubrir La Magia de Huesca


Un Camino de Santiago mágico y desconocido.

Otras particularidades de esta zona que han quedado ocultas entre las sombras del pasado y olvidadas en el tiempo, como arrinconadas por la historia, tienen matices de gran importancia para el Serrablo y que hoy les daremos alas para que regresen con fuerza, mostrando al mundo que este bello rincón de Aragón tiene todavía mucho que decir. Me estoy refiriendo al "Camino de Santiago": dicho esto, seguro que todos piensan en el que atraviesa el Somport; pues no, mi referencia es a otra vía del camino de Santiago, en concreto me estoy refiriendo al que viene del Mediterráneo, más concretamente de Tierra Santa y que desembarca en costas mediterráneas, camino que desde el gran interés que despierta en mí, he investigado y teorizado siguiendo cierta lógica racional y con pruebas halladas no poco contundentes.

Como curioso e investigador de temas míticos, religiosos y mágicos, me he interesado por todo lo concerniente al camino de Santiago, camino rico en cultura, matices antropológicos y sobretodo humanos, este estudio me ha llevado a descubrir la existencia de este camino de Santiago que parte de las costas mediterráneas y que asciende por toda la geografía aragonesa para unirse al camino que viene del Somport mas o menos a la altura de san Juan de la peña. Mi estudio se inicia en la población de Cretas, en la comarca del Matarraña situada en la provincia de Teruel donde, en esta población se puede observar un viejo y olvidado hospital de peregrinos dedicado a dar descanso al caminante, que viene de la costa después de desembarcar en los puertos tarraconenses y castellonenses proveniente de Tierra Santa y que encamina sus pasos hacia el norte para encontrarse como ya digo con el otro camino que viene cruzando los Pirineos, así pues, su siguiente parada sería con toda lógica, el monasterio de Rueda en la población de Sástago (Zaragoza), otro gran complejo eclesiástico que cuenta con una gran hospedería.

Continuaríamos en este periplo viajero encaminando nuestros pasos hacia el Pilar de Zaragoza, siendo este templo el primer centro mariano creado por el apóstol Santiago en su deambular por esta piel de toro en busca de almas que convertir. En el siguiente paso de mi mapa personal estaría san Pedro el viejo en Huesca capital, joya de nuestro románico donde como curiosidad podremos observar el horóscopo de Jesús en un claro "stellium" o conjunción de planetas que marca la fecha de nacimiento del Mesías y que esta no es precisamente el 25 de diciembre. Desde aquí el caminante se dirigirá hacia las tierras del Serrablo para pernoctar en el santuario de san Urbez en Nocito, ya que como podemos observar, la iglesia tiene adosada una gran casa que hacía las veces de hospedería de caminantes; desde esta localización el peregrino, siguiendo el ocaso del sol, debería dirigir sus pasos hacia san Juan de la peña, lugar emblemático para Aragón, cuna de este viejo reino y donde se guardó durante muchos años el controvertido Santo Grial. Desde este sitio el peregrino dirigiría sus pasos hacia el monasterio de Leire, saliendo de esta manera de nuestro territorio para adentrarse en tierras navarras. Podremos apreciar que este camino del santo compostelano discurre por las tres provincias aragonesas y sin embargo no es nada conocido, ni en nuestra tierra ni en el resto del país. No obstante, la lectura que podemos sacar es que en otros tiempos, los caminos del Serrablo estuvieron transitados por multitud de almas en un intento de purificación personal y penitencia, siguiendo los pasos del apóstol y que muy probablemente el propio Santiago "el mayor" también andó por los mismos caminos que transitó san Urbez.

Deduciremos por lo tanto, que la parte más mágica del camino de Santiago serrablés viene de la mano de nuestro santo anacoreta afincado en estas tierras, ya que su nombre, su persona y su vida nos habla constantemente de este llamado camino de la perfección o de Santiago. La vida de san Urbez nos habla de esclavitud y de sufrimiento, su ida a Galicia como esclavo y su retorno como hombre libre. Creo que todos apreciamos la alegoría de san Urbez, pues el camino de Santiago, es un camino de renacimiento de un nuevo hombre, ya que en él se inicia el viaje de ida con muchas ataduras sociales y en el camino el caminante se va despojando de esas cargas mundanas y despertando a un nuevo hombre, regresando de Galicia libre de ataduras y como un hombre nuevo. Pero si esta similitud entre el caminante y la vida de san Urbez es curiosamente tan plausible, cuando traducimos de la antigua lengua vascona su nombre lo apreciamos con más claridad. "Urbez o Urbicio" vendría a significar Camino de la perfección, es decir, su nombre nos habla categóricamente del camino de Santiago, una prueba más de que este camino iniciático y mágico que trascurría por el corazón del Serrablo, haciendo como ya podemos intuir, que la hospedería de Nocito fuese muy transitada por peregrinos venidos de Tierra Santa.


Queda claro entonces, que el Serrablo aún tiene mucho que aportar a la personalidad de Aragón: la historia de este bello rincón oscense tiene matices insospechados y que están reposando y esperando como el buen vino a que alguien los descorche, para mostrar al mundo la densa riqueza antropológica que posee, ya que miremos por donde miremos en cualquiera de los rincones del Serrablo, encontraremos leyendas, historias y mitos que solo el tiempo ha podido generar, señal inequívoca de que este territorio tiene unas raíces muy profundas arraigadas en el tiempo y en las gentes que con su esfuerzo construyeron este bello rincón del reino de Aragón.

sábado, 27 de septiembre de 2014

HISTORIA Y ENIGMAS EN EL SERRABLO. (HUESCA).





MISTERIOSAS IGLESIAS DEL SERRABLO.
Introducción
El Serrablo es una comarca de la provincia de Huesca, cuya capital es Sabiñanigo. La comarca se encuentra en la orilla oriental del río Gállego (Gállicus, el que viene de Francia).

Se conoce por el nombre de iglesias del Serrablo, a un grupo de pequeñas iglesias construidas en la cuenca alta del río Gállego y su afluente el río Guarga—generalmente en la margen izquierda—, entre los siglos X y XI, sin paralelismo alguno en el resto de España y tan poco en Europa (zona que en la alta Edad Media se conocía como El Serrablo, topónimo también desenterrado recientemente).


Un poco de historia.
El grueso de las iglesias mozárabes la componen un total de diecisiete iglesias levantadas entre los siglos X y XI, erigidas para acabar con la abundante tradición pagana de sus habitantes y para aglutinar a las gentes en pequeños pueblos que nacieron a la sombra de estas iglesias.


Típico paisaje en el Serrablo.

El Serrablo, con la espina dorsal en el río Gállego, era zona poblada de mozárabes, cristianos súbditos del Waliato de Huesca, que desconocieron los movimientos de liberación fomentados por la política de la corte carolingia en el siglo IX y que permanecieron fieles a las autoridades musulmanas oscenses.

Si bien es cierto que las iglesias mozárabes de la comarca son las más conocidas y visitadas, no hay que olvidar un buen número de monumentos religiosos, a los que se podría calificar como románico rural, que ofrecen también un indudable interés. Suelen presentar una sola nave rectangular con cabecera semicircular y pertenecen a los siglos XII y XIII. En la ribera del Gallego destacan las iglesias de Espierre, Sorripas, Rapún, Orna, Latre y Javierrelatre. En el valle de Basa, las de Allué y Orús. Y en la Guardaguera, las iglesias de Ceresola y Arruaba son las que merecen una mayor atención. 



Iglesia de Basarán llevada a Formigal.
¿Mozárabes o románicas?
En función de las dos principales corrientes interpretativas acerca de estas iglesias, son consideradas o bien mozárabes construidas desde el siglo X por comunidades cristianas bajo dominio islámico (Antonio Durán Gudiol y la asociación Amigos de Serrablo); o bien (según otros historiadores del arte de la Universidad de Zaragoza) prerrománicas o de un primer románico del siglo XI surgido en los inicios del reino de Aragón. conocido fambién como estílo Románico Jaqués. En tal caso sería una arquitectura de una época temprana del románico con elementos del arte mozárabe tomados de la arquitectura musulmana.

Las poblaciones donde se encuentran las iglesias del Serrablo.
Entre las iglesias del Serrablo cabe citar las de Arto, Basarán (que fue llevada a Formigal), Busa, Espierre, Gavín, San Bartolomé de Gavín, San Pelay, Isún, Ordovés, Lárrede, Lasieso, Oliván, Orós Bajo, Otal, Rasal, Satué y Susín. La iglesia de San Pedro de Lárrede está considerada el prototipo de todo este grupo arquitectónico homogéneo. 



Mapa  de carretera de la zona serrablesa.
Aclaración:
Como muchas de las iglesias de las que hablamos en esta página se encuentran en lugares abandonados o de difícil acceso, conviene si alguien tiene ganas de visitarlas que se interese por las condiciones del terreno y como se puede acceder a ellas, y quien es el responsable de las llaves de la iglesia en caso de querer visitar su interior.

Características mas importantes de la arquitectura de estas singulares iglesias.
El prototipo de templo serrablés consta de una nave rectangular culminada con un ábside visigótico enriquecido con la sustitución de la cabecera rectangular por un diseño semicircular de tradición carolingia. Los maestros serrableses adoptaron del arte musulmán la torre-campanario, las ventanas bíforas y tríforas de arquillos de herradura y el alfiz de puertas y ventanas. Además, de la iglesia visigótica mantuvieron la disposición de la nave con acceso por una puerta de arco de herradura; y del arte carolingio introdujeron la decoración de arcos ciegos y friso de baquetones en el ábside. Este modelo exclusivamente serrablés, destaca por el acierto en la conjugación de tan diversos elementos artísticos y por la innegable belleza resultante.



San Pedro de Lárrade.
Cabe señalar que se trata de iglesias de muy reducido tamaño. Sus naves son de planta rectangular, con la excepción de San Pedro de Lárrede, que es de cruz latina, y tienen sus ábsides en el lado oriental. En varios casos disponen de naves laterales adosadas a la principal, como son Basarán, Oliván, Lasieso etc, pero siempre de construcción muy posterior a la edificación original.


Los muros laterales son distintos, ya que los orientados al norte son totalmente ciegos, siendo el muro sur donde se sitúan tanto las puertas como los vanos que iluminan interiormente (salvo en el caso de Ordovés). Como hemos indicado el muro norte no tiene ningún vano o abertura, lo cual se debe de explicar con arreglo a las condiciones climatológicas de la zona. El paramento sur, correspondiente al lado de la epístola, se organizaba con la base del sistema de fenestraje que ilumina la nave. En él se practicaban de tres a cinco ventanas, caso éste de Lárrede, más la puerta de ingreso a la iglesia. una ventana -de uno o varios vanos- para iluminar la zona del imafronte de la nave.


Ventana trífora (tres arcos).
Las ventanas.
Son varios los modelos de ventanas conservadas, que constituyen el elemento decorativo del mozárabe oscense. Pueden ser de uno, dos o tres vanos, de arco semicircular o de herradura, pudiendo estar o no enmarcadas por un alfiz.
Ventanas de un solo vano se presentan en las torres de San Bartolomé de Gavín y Yésero, en arco de herradura de labra muy tosca. De dos arcos concéntricos de medio punto, enmarcados en alfiz, tenemos ejemplos en Lárrede y sin estar enmarcados por el alfiz se pueden ver en Isún y Orós Bajo. Las iglesias de Rasal y Ordovés presentan ventanas de un solo vano que son simplemente aspilleras.
Dentro de la teoría de ventanas, el muro occidental de Lárrede y el meridional de Susín poseen ventanas con dos pequeños arcos de herradura muy cerrados, enmarcados por otro semicircular y enmarcado por alfiz.
Con tres arcos de herradura y alfiz se pueden ver en el muro occidental de Busa y en el cuerpo superior de la torre de Lárrede. Estas tríforas son características de la torre-campanario que tipifica el grupo. Asi como las vemos en arco de herradura con alfiz en Lárrede y Busa, las de San Bartolomé de Gavín debido a su mayor antigüedad no presentan alfiz. Lasieso presenta, en su torre, triforas en arco de medio punto, de labra tosca, que preludian el primer románico aragonés.
Hay que señalar que la torre de Oliván, recientemente restaurada presenta indicios claros de haber poseído una trifora antiguamente.

Las torres- campanario.
El otro elemento más característico de estas iglesias es la torre-campanario de inspiración siria. Se trata de torres muy esbeltas, con decoración de ventanas tríforas y frisos de baquetones en los más destacados casos, que van reduciendo su tamaño conforme van ganando altura. Van cubiertas con bóvedas esquifadas y tejados a dos o cuatro vertientes.
Las ventanas que se sitúan en estas torres o a veces en los muros, tienen un elevado contenido decorativo y son de uno, dos o tres vanos, construidas con arcos de herradura o de medio punto. En algunos casos van enmarcadas por un alfiz. Tal vez las mas bellas sean las de San Pedro de Lárrade, San Bartolome de Gavín o la parroquial de Susín. 

Torre campanario con elementos Sirios.


Existe una clara relación entre este grupo de iglesias y la mezquita siria de El Omaria, en la ciudad de Bosra. Es obvio reiterar la extraordinaria esbeltez de estas torres -como la de Larréde- que las pone en relación con la esencia arquitectónica de los minaretes del mundo islámico.
El paso del tiempo ha estampado sus huellas en sucesivas alteraciones de su estructura primitiva. Así se puede ver en la torre de Larréde, en la cual se rompió una trífora para colocar dos ventanas en arco de medio punto, lo suficientemente amplias para poder servir al fin de campanario. En Oliván, sin embargo, fueron tapiadas las tríforas y quizás destruidas a finales del siglo XVI posiblemente.

La torre-campanario, esbelta al uso de los minaretes, presenta como únicas aberturas las tríforas de sus cuatro caras siempre en su parte superior. Sobre la franja que las incluye, rematando los paramentos, corre un friso de baquetones típico de los ábsides serrableses. Se cubre con tejado, de losas de pizarra del país, a cuatro vertientes apoyado al interior en la bóveda esquifada que cubre el espacio interno de la torre.
En la franja intermedia de la torre se pueden apreciar ventanas de doble arco en Lasieso y en Guasillo, esta última ya en el Campo de Jaca. La parte baja de la torre presenta vanos en los casos de San Bartolomé de Gavín y en Yésero consistentes en ventanas, a modo de saetera, de tosca factura y con arco peraltado -en Yèsero- y de herradura en el caso de Gavín.
Esta última torre de Gavín presenta dos rosetas en cada cara, compuestas por una docena de dovelas dispuestas en circulo y abiertas en óculo en su centro. Este conjunto decorativo es único en todo el arte oscense y nos parece que pertenece a la tosquedad y rusticidad de la decoración arquitectónica prerrománica del siglo X.

La puerta típica de estas iglesias es, sin duda, la puerta en arco de herradura, bien esté circunscrito o no dicho arco en el típico arco rectangular musulmán denominado alfiz o arrabá. San Bartolomé de Gavín y Cartirana no presentan alfiz mientras lo tienen las puertas de acceso de Lárrede y Busa. 

Puerta de arco de herradura en Gavín.
No puede descartarse, dentro del grupo, la puerta de arco semicircular, o de medio punto, construida a base de sencillas dovelas como se da en Isún de Basa. Único es el caso de Rasal en el que la puerta de acceso está terminada por una gran losa colocada a modo de dintel.

En la puerta de Busa, en su lado interior, se puede ver un arco semicircular de descarga que se repite en algún caso más. Por último hay que señalar que en San Bartolomé de Gavin y en Lárrede se accede al cuerpo de la torre por una puerta en arco de herradura.

Los arcos utilizados son el arco de herradura y el arco semicircular. En Lasieso se puede constatar la presencia, excepcionalmente del arco peraltado en una ventana amainelada aprovechada en la iglesia grande o canonical de Lasieso. En la tipología del arco de herradura se observan dos modelos, que nos han conservado estos monumentos, en el típico arco de herradura y en el ultrasemicircular. El ultrasemicircular no presenta la tipología propia de ese arco, sino que corresponde a un cuarto de circulo, cuya curvatura es continuada por arcos de otras circunferencias, inscritas en aquella, hasta formar los entrantes de la herradura. Se ha denominado arco de herradura rebajado y es propio del arte mozárabe oscense. Este arco nos da la impresión de ser un arco de herradura mal resuelto, tal vez por falta de espacio para su trazado ortodoxo. Este arco se emplea, exclusivamente, como arco de entrada al ábside y como tal se halla en Lárrede, Busa, Oliván y Rasal.

Las cubiertas de estas iglesias solían ser de armadura de madera en prácticamente todos los casos, aunque reformas posteriores se hicieron en piedra en algunos casos, constituyendo bóvedas de cañón, como en el caso de San Pedro de Lárrede. Para apoyar la labor sustentante de los muros, en algunas de ellas se construyeron contrafuertes. Los ábsides llevan la cubierta con bóveda de horno.

También cabe reseñar que la decoración de estas iglesias están hechas con la arquitectura, careciendo de cualquier tipo de tallas o inscripciones (con salvedad de Gavín en la torre) o los caracteres cúficos en la portada de Busa.


Baquetones en el ábside de Santué.
Esta decoración arquitectónica se basa en los arcos ciegos y los frisos de baquetones de los ábsides, en las ventanas tríforas o simples, y en los alfices que enmarcan puertas y ventanas. Con estos simples elementos se consiguen soluciones de gran capacidad estética, de las que algunas iglesias toman todos los elementos o algunos de ellos aisladamente. 

Los templos de Serrablo permanecieron lejos del gran público hasta 1924, cuando Rafael Sánchez Ventura descubrió un grupo de iglesias en el curso del río Gállego. Once años después publicó un estudio donde afirmaba que "parecen traducir estas iglesias un mozárabe mal interpretado y peor conocido, de principios perdidos y lejanos, algo así como un sentido tradicional sin modelos directos". Fue el inicio de una larga polémica sobre el origen y las influencias de estos templos que culminó en 1973 con el reconocimiento del mozarabismo de estas construcciones.

Una modesta opinión de Ramón Herrando...
Hay un detalle crucial que a mì personalmente me hace inclinarme hacia la teoría de iglesias mozárabes y es que los ábsides suelen estar orientados hacia oriente al igual que en las grandes mezquitas musulmanas están orientadas hacia La Meca o lo que es lo mismo hacia oriente.

Para José Antonio Duce, reconocido fotógrafo profesional, "es un placer fotografiar la belleza del arco de herradura en puertas y ventanas, la elegancia del alfiz que las enmarca, la esbeltez de las torres cual islámicos minaretes alzados al cielo y el friso de medios cilíndricos o baquetones en los ábsides, que en su vertical y simétrica reiteración proporcionan increíbles encuadres". El fotógrafo zaragozano subraya, asimismo, el espectacular paisaje que circunda estas joyas arquitectónicas: "El valle que alberga las iglesias en la vega del Gállego rodeado de protectoras montañas de las que descienden las brumas y las nubes de un cercano amanecer o teñidas de rojo cuando el sol se pone".




Cronológicamente, se advierten cuatro etapas constructivas entre el 950 y el 1050.
El "primer mozárabe", hacia el 950 comprende tres iglesias de nave única terminadas en ábside rectangular y sin alfiz. Son las de San Bartolomé de Gavín y las dos de Espierre, San Juan y Santa María.

Entre 960 y el 1000, se desarrolló un "segundo mozárabe", el que aparece el alfiz, el friso de baquetones, las arcadas ciegas, el arco de herradura y las torres-minarete (de influencia siria). Se engloban en este grupo las iglesias de Lárrede, Busa, Otal, Basarán, Rasal y Gavín, actualmente restaurada en el Parque de Sabiñanigo. Debieron ser construidas por una cuadrilla del país conocedora del arte musulmán oscense y de los modelos carolingios.
El "tercer mozárabe" abarca desde el año 1000 al 1024. Se caracteriza por el abandono del arco de herradura y el alfiz, aunque conserva la torre y la decoración exterior del ábside. Buenos ejemplos son las iglesias de Lasieso, Orós Bajo, Satué, Ordovés e Isún, obras de diferentes maestros que mezclaron la tradición con las tendencias europeas de los monjes de Cluny.
El "cuarto mozárabe" o "mozárabe lombardo" se extiende hasta el año 1040. En este mozárabe lombardo se hereda la tradición indígena el friso de baquetones y se aporta, como novedad vanguardista 

para el momento, la teoría de arcuaciones lombardas. Sus ejemplares conservados se encuentran en la comarca del Campo de Jaca, concretamente en Banaguás y Lerés.



Iglesia de San Miguel en Otal.
RESUMEN
Una iglesia típica serrablesa seria:

• Un templo rectangular de dimensiones 4 metros X 11 metros terminada en ábside semicircular o rectangular casi siempre el ábside orientado a Oriente

• Verticalizada con una esbelta torre campanario que se levanta tanto en el flanco norte como en el sur

• Ventanas semicirculares y de herradura

• Puerta o portada de arco de herradura

• Tejado de madera a dos vertientes

• El ábside suele estar decorado con friso de baquetones y arcadas murales ciegas

CURIOSIDADES SOBRE EL AZAFRÁN EN ARAGÓN

ANÉCDOTAS CURIOSAS SOBRE EL AZAFRAN Y UNOS NARANJOS Carlos III el Noble, rey de Navarra, trató de aclimatar en Navarra el cultivo...