domingo, 5 de octubre de 2014

LEYENDAS Y TRADICIONES EN UN CAMINO DE SANTIAGO, MÁGICO Y DESCONOCIDO; EL SERRABLO,


Mitos y leyendas de Serrablo: San Urbez en Nocito.
Carlos Ollés Estopiñá es autor de "Lugares mágicos de Aragón"

La austeridad y el estilo de vida de los serrableses desde sus primeros asentamientos en este pequeño rincón aragonés, ha propiciado que cada uno de los días vividos en estas tierras, haya sido una lucha cuerpo a cuerpo contra la soledad y el olvido. El tiempo se ha comportado como un erosionador enemigo de sus gentes y de su cultura, haciendo que la indiferencia se instalase en estas tierras en un intento de engullir sus ricas y coloridas tradiciones milenarias. Por el contrario, la historia ha sido la única que ha hecho justicia a estas nobles gentes, colocándolas en el lugar justo y preciso de la historia de este viejo reino; corroborando que el Serrablo fue, es y será una pieza clave para construir la historia de Aragón y demostrando que esta callada tierra, es un eslabón imprescindible a la hora de conformar esta rica región histórica.


El pueblo de Nocito al fondo peña Guara.
No tendremos que ahondar mucho en la búsqueda para encontrar mitos y leyendas que han aportado personalidad al Serrablo, leyendas que van de la mano de la historia y de los lugares concretos donde han acontecido, haciendo que esta zona permanezca viva en las mentes de todas las personas que han andado sus caminos y han bebido de su rica y ancestral cultura.

En el mismo corazón del Serrablo se mantiene viva e inalterable entre otras la leyenda de San Urbez.
Anacoreta y santo de origen galo, que vivió sobre el siglo VII. Durante su infancia sufrió de persecución en su tierra natal y penosa esclavitud en Galicia siendo, a partir de su liberación, cuando se forja la leyenda de este santo en tierras del Serrablo, al querer retornar a su país natal pero al que nunca llegó, ya que al paso por el Serrablo algo en su interior despertó e hizo que se quedara como ermitaño en la conocida cueva de los Sestrales cercana a la conocida población de Nocito.


San Urbez.
La leyenda de este santo es de lo más humano. Siempre volcado en ayudar a los demás, dicen que las gentes de Nocito lo respetaban por ello, sintiendo verdadera admiración por este santo. Pero san Urbez veía con preocupación cómo los vecinos de Nocito se encontraban divididos a causa de una guerra territorial por las tierras que configuraban el término municipal, cuya frontera natural la delimitaba el rio que pasaba por mitad de esta bonita población serrablesa. Cierto día los vecinos de ambas partes del río deciden poner a prueba a san Urbez en un intento de que él mediara en este asunto tan controvertido, al ver en el santo a una persona sabia y neutral. Al hacerle la pregunta los vecinos de a quienes quería más y por lo tanto en qué lado le gustaría quedarse a vivir. San Urbez, lanzando su largo cayado al cielo con fuerza exclamo: "Donde caiga mi garata allí sere enamorato", (donde caiga mi cayado allí querré vivir) yendo a caer el cayado justo en el centro del río, por lo que dedujeron que debían hacer un puente y unir las dos partes para vivir como un solo pueblo.

Dicen de él que vivió cien años, que bendecía el sitio donde se hallaba con su sola presencia y que el trigo nacía por donde pisaba, por lo que podemos deducir que el Serrablo está bendecido en perpetuidad por este santo varón. Cuando murió guardaron sus restos dentro de un arcón con tres cerraduras siendo depositado en la iglesia románica construida cerca del eremitorio de Nocito. Poco a poco y con el paso de los siglos, este santo fue ganado adeptos por sus milagros a la vez que crecía en volumen la iglesia donde se hallaban sus restos óseos, convirtiéndose con el tiempo en santuario. Se puede decir que desde el siglo VIII hasta el XVI no ha dejado de haber remodelaciones importantes en este templo pudiéndose apreciar en él, una mezcla de estilos arquitectónicos de diferentes épocas dándole una riqueza inusitada a este complejo religioso.

Como en tantos otros lugares de la geografía aragonesa, la guerra civil vivida con especial crudeza en Aragón, se ensañó con todo lo referente a lo religioso, destruyéndose gran cantidad de patrimonio eclesiástico de incalculable valor. En Nocito también se vivieron momentos tristes para la historia de esta tierra, al ser quemadas las reliquias del santo y expoliadas las riquezas del santuario de san Urbez. Dichas reliquias eran utilizadas como reclamo para las beneficiosas lluvias, en la celebración conocida como "La mojada de san Urbez". Cuenta la tradición que en esta celebración se sacaban las reliquias del santo en solemne procesión desde el santuario de san Urbez hasta una balsa existente en las inmediaciones del templo donde eran sumergidas las reliquias del santo, para como ya digo, propiciar las lluvias y facilitar las cosechas en estas austeras tierras. Tradiciones ancestrales y leyendas como ésta, afianzan al Serrablo como lugar histórico vivo, dando una lectura clara de su riqueza cultural y humana.


Puente medieval en Noc
El antiguo monasterio de San Urbez.
Saliendo de Nocito hacia el este, la pista nos conduce a la hoy ermita de San Úrbez, que en otro tiempo fuera iglesia monástica de un renombrado cenobio que hunde sus raíces en el mundo visigodo/mozárabe.
Hubo monasterio visigodo y antes población y quizá templo romano como atestiguaban sendas esculturas de cabezas romanas marmóreas empotradas en sus muros. Hoy están en el Museo de Huesca.
A finales del XI pasó a depender del monasterio de San Ponce de Tomières. Durante siglos constituyó el depósito de los restos de los niños-mártires Justo y Pastor, conservados actualmente en San Pedro el Viejo de Huesca. El monasterio fue el centro religioso y cultural de los valles del Guarga.
Las llaves para visitar el templo las suelen guardar en la casa al sur del templo ("Refugio de San Úrbez", con habitaciones de 4-6 plazas, regentado por Genoveva -974 340142-), o en Nocito (Preguntar en el pueblo).

Chimeneas Espantabruxas, leyendas convertidas en tradición en el Alto Aragón

En muchos pueblos de nuestro pirineo oscense, es fácil encontramos con majestuosas chimeneas troncocónicas, que se alzan altivas en los tejados de sus casas más antiguas, denominadas popularmente chamineras o chimeneras.
En muchas de estas chimeneas del alto Aragón aparecen estos curiosos objetos, que unas veces son una simple piedra vertical, otras una piedra en forma de cono, otras un puchero, una cruz o como en el caso de los pueblos del Serrablo, seres de apariencia terrorífica.
Típica chimenea con espantabrujas en Nocito.

El significado de estos elementos que se colocan sobre las chimeneas, tienen una explicación en las leyendas populares de las bruxas. Dicen, que evitaban que las brujas que sobrevolaban los tejados de las casas sobre sus escobas, entraran en los hogares a través de la única entrada que no podían cerrar, las chimeneas. De ahí, que los objetos colocados sobre éstas, reciban el nombre de espantabrujas.
Los espantabrujas eran, antiguamente, piedras antropomorfas, cruciformes, porosas y con un orificio en su centro que hacía que el aire silbara al pasar. En realidad no se trata de cruces sino de unos moñacos bastante feos, con los brazos abiertos como quien quiere impedir el paso: son los “espantabruxas”. Otras veces como hemos comentado, no son al estilo de cruces, sino de bolas redondas. Que tampoco son bolas sino cabezas, también feísimas por lo general. Y en la zona de la Sierra de Guara -por ejemplo Lecina- solían colocar como espantabruxas, cántaros o vasijas similares de alfarería, sin duda por el papel purificador que de siempre ha simbolizado el agua.


Como refuerzo al espantabrujas, se solían dejar las tenazas del hogar abiertas en forma de cruz, o hacían una cruz en las cenizas que quedaban en el hogar después de apagado el fuego, antes de irse a la cama. Y además en la campana de la chimenea se colocaba el “motilón” o “motilonot”. Era un muñeco de barro sin cocer, de fabricación casera, tal vez un trasunto de los dioses lares, que defendía la entrada de las brujas.
Las auténticas espantabrujas, se encuentran en pueblos abandonados como Escartín, ya que conservan intacto su aspecto original  y no han sido reformadas como es natural, en los pueblos actuales.

Las hay también con forma de figura en Vio, Ipiés, Larrede, o Gésera entre otros lugares. Con forma de cruz, podemos verlas en Hoz de Jaca, Javierre del Ovispo o Nocito. Con forma de cabeza y rostro humano en Lasieso, Ipiés, Sardás, Sabiñánigo, etc. Las hay con la piedra tallada en forma de bola, por ejemplo en Panticosa, o en forma de hoja, en Hoz de Jaca. Las hay de formas curiosas, como una con forma de gato en Fiscal, de pájaro en Ceresola, y de campana en Larrés. Hasta las hay con forma de humano con los brazos en cruz, en Hecho, labradas con piedras porosas denominadas tobas o toscas.

En otros lugares, podemos ver otros tipos de espantabrujas con una vasija colocada encima de la chimenea, como es el caso de Panticosa, con vasijas boca abajo o del Pueyo de Jaca o Fiscal con la vasija boca arriba. Incluso con la vasija tallada en piedra como en Labuerda.

Existen espantabrujas muy curiosas como son las de la zona del Serrablo, con piedras que rematan las chimeneas con formas de seres terroríficos. Las podemos observar en Olivan, Latas, Javirere del Ovispo, Yebra etc…
En el patio central de Pirenarium, en Sabiñánigo, existe una réplica de cuatro chimeneas con espantabrujas.

Hoy en día, las nuevas construcciones siguen con esta bonita tradición de rematar las chimeneas con algún objeto.
Una bonita forma de descubrir La Magia de Huesca


Un Camino de Santiago mágico y desconocido.

Otras particularidades de esta zona que han quedado ocultas entre las sombras del pasado y olvidadas en el tiempo, como arrinconadas por la historia, tienen matices de gran importancia para el Serrablo y que hoy les daremos alas para que regresen con fuerza, mostrando al mundo que este bello rincón de Aragón tiene todavía mucho que decir. Me estoy refiriendo al "Camino de Santiago": dicho esto, seguro que todos piensan en el que atraviesa el Somport; pues no, mi referencia es a otra vía del camino de Santiago, en concreto me estoy refiriendo al que viene del Mediterráneo, más concretamente de Tierra Santa y que desembarca en costas mediterráneas, camino que desde el gran interés que despierta en mí, he investigado y teorizado siguiendo cierta lógica racional y con pruebas halladas no poco contundentes.

Como curioso e investigador de temas míticos, religiosos y mágicos, me he interesado por todo lo concerniente al camino de Santiago, camino rico en cultura, matices antropológicos y sobretodo humanos, este estudio me ha llevado a descubrir la existencia de este camino de Santiago que parte de las costas mediterráneas y que asciende por toda la geografía aragonesa para unirse al camino que viene del Somport mas o menos a la altura de san Juan de la peña. Mi estudio se inicia en la población de Cretas, en la comarca del Matarraña situada en la provincia de Teruel donde, en esta población se puede observar un viejo y olvidado hospital de peregrinos dedicado a dar descanso al caminante, que viene de la costa después de desembarcar en los puertos tarraconenses y castellonenses proveniente de Tierra Santa y que encamina sus pasos hacia el norte para encontrarse como ya digo con el otro camino que viene cruzando los Pirineos, así pues, su siguiente parada sería con toda lógica, el monasterio de Rueda en la población de Sástago (Zaragoza), otro gran complejo eclesiástico que cuenta con una gran hospedería.

Continuaríamos en este periplo viajero encaminando nuestros pasos hacia el Pilar de Zaragoza, siendo este templo el primer centro mariano creado por el apóstol Santiago en su deambular por esta piel de toro en busca de almas que convertir. En el siguiente paso de mi mapa personal estaría san Pedro el viejo en Huesca capital, joya de nuestro románico donde como curiosidad podremos observar el horóscopo de Jesús en un claro "stellium" o conjunción de planetas que marca la fecha de nacimiento del Mesías y que esta no es precisamente el 25 de diciembre. Desde aquí el caminante se dirigirá hacia las tierras del Serrablo para pernoctar en el santuario de san Urbez en Nocito, ya que como podemos observar, la iglesia tiene adosada una gran casa que hacía las veces de hospedería de caminantes; desde esta localización el peregrino, siguiendo el ocaso del sol, debería dirigir sus pasos hacia san Juan de la peña, lugar emblemático para Aragón, cuna de este viejo reino y donde se guardó durante muchos años el controvertido Santo Grial. Desde este sitio el peregrino dirigiría sus pasos hacia el monasterio de Leire, saliendo de esta manera de nuestro territorio para adentrarse en tierras navarras. Podremos apreciar que este camino del santo compostelano discurre por las tres provincias aragonesas y sin embargo no es nada conocido, ni en nuestra tierra ni en el resto del país. No obstante, la lectura que podemos sacar es que en otros tiempos, los caminos del Serrablo estuvieron transitados por multitud de almas en un intento de purificación personal y penitencia, siguiendo los pasos del apóstol y que muy probablemente el propio Santiago "el mayor" también andó por los mismos caminos que transitó san Urbez.

Deduciremos por lo tanto, que la parte más mágica del camino de Santiago serrablés viene de la mano de nuestro santo anacoreta afincado en estas tierras, ya que su nombre, su persona y su vida nos habla constantemente de este llamado camino de la perfección o de Santiago. La vida de san Urbez nos habla de esclavitud y de sufrimiento, su ida a Galicia como esclavo y su retorno como hombre libre. Creo que todos apreciamos la alegoría de san Urbez, pues el camino de Santiago, es un camino de renacimiento de un nuevo hombre, ya que en él se inicia el viaje de ida con muchas ataduras sociales y en el camino el caminante se va despojando de esas cargas mundanas y despertando a un nuevo hombre, regresando de Galicia libre de ataduras y como un hombre nuevo. Pero si esta similitud entre el caminante y la vida de san Urbez es curiosamente tan plausible, cuando traducimos de la antigua lengua vascona su nombre lo apreciamos con más claridad. "Urbez o Urbicio" vendría a significar Camino de la perfección, es decir, su nombre nos habla categóricamente del camino de Santiago, una prueba más de que este camino iniciático y mágico que trascurría por el corazón del Serrablo, haciendo como ya podemos intuir, que la hospedería de Nocito fuese muy transitada por peregrinos venidos de Tierra Santa.


Queda claro entonces, que el Serrablo aún tiene mucho que aportar a la personalidad de Aragón: la historia de este bello rincón oscense tiene matices insospechados y que están reposando y esperando como el buen vino a que alguien los descorche, para mostrar al mundo la densa riqueza antropológica que posee, ya que miremos por donde miremos en cualquiera de los rincones del Serrablo, encontraremos leyendas, historias y mitos que solo el tiempo ha podido generar, señal inequívoca de que este territorio tiene unas raíces muy profundas arraigadas en el tiempo y en las gentes que con su esfuerzo construyeron este bello rincón del reino de Aragón.

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